jueves, 30 de enero de 2014

¿Obstáculo u opotunidad?

Los comienzos nunca fueron fáciles...


Se dice mucho ¿verdad? Es una expresión muy "de madre", bastante típica. Y tal vez la ignoraría si no estuviese completamente de acuerdo con ella.
Los comienzos son difíciles, y no me refiero con ello al tópico que, como digo, tantas veces escuchamos, ni parafraseo al refranero popular. Yo me baso en mi propia teoría.
Opino que los principios no solo pueden ser complicados, sino que deben serlo. Me explico...

Todos tenemos sueños por los que luchar. Todos aspiramos a logar algún día algo que nos llevará a la gloria, que nos hará felices. Todos hemos pensado alguna vez en cambiar de vida, romper con todo, salir por patas y cambiar nuestra situación... en otro lugar y con otras personas. Todos hemos imaginado agarrar con nuestras manos ese desafío que tantas veces nos hemos planteado pero que nunca hemos llegado a encarar.
Pero, ¿qué pasaría si todo fuese tan sencillo como imaginarlo y obtenerlo al instante? ¿Qué mérito habría en confiar a la suerte nuestro destino y que siempre saliese bien?
¿Cuánta satisfacción cabe en conseguir sin esfuerzo el trabajo perfecto, la pareja perfecta... la vida perfecta, sin haber luchado por ello? Según mi teoría, un gran sueño requiere dedicación. Los deseos no nos dan la espalda, al revés, nos miran a la cara. Nos ruegan que vayamos a por ellos. Somos nosotros los dueños de la decisión. O acudimos con valor, o les damos nosotros la espalda. Y finalmente, no todos son capaces de comenzar...

Es cuando empezamos a recorrer el camino de los sueños cuando comienzan a aparecer los obstáculos. Unos son pequeños, fáciles de rodear. Algunos no son más grandes que una piedra, a la que puedes dar una patada y mandar lejos de tus decididos pies. Otros en cambio son tan altos que te impiden ver hasta el sol que alumbra el sendero al otro lado. 
Muchas personas abandonan, tiran la toalla al primer imprevisto. Otras aguantan un poco más, y acaban rindiéndose de igual forma, argumentando que "el mundo estaba en su contra", que contra el destino no se puede luchar.
Son los verdaderos valientes los que, a pesar de cualquier cosa, siguen adelante.

Como decía, los comienzos deben ser difíciles, porque, a mi modo de ver, es como un examen. Un examen que determina quienes son merecedores de alcanzar sus sueños. Una prueba de actitud.

Tenemos que comprender que la vida es un regalo, pero lo que obtengamos en ella depende de nuestro esfuerzo y dedicación. Así que, los que llevan toda la vida anhelando conseguir algo, y se rinden a mitad de camino, no son merecedores de obtenerlo. También es posible que el motivo de su retirada se deba a que, en el fondo, no deseaban tanto cumplir su objetivo. En ese caso, lo justo es dejar libre el camino para no estorbar a los que si quieran tomarlo. No es una derrota. Tal vez su sueño se encuentre en otra dirección.
Sin embargo, los que perseveran, los que tropiezan una y otra vez y, a pesar de ello, siguen adelante, son los que algún día alcanzarán la meta. Son ellos los que aprueban el examen. Tal vez un obstáculo solo sea una oportunidad de demostrar quién es capaz. Estas personas son las que un día, al ser preguntadas pueden decir con una sonrisa de nostalgia "el principio no fue nada fácil". Y no, no lo fue, pero cada arañazo que en su viaje recibieron les alentó a dar una decidida y amplia zancada, un estupendo paso hacia la eternidad.

Y esa es mi teoría. Cuando tienes un sueño debes perseguirlo hasta que se canse de correr. Y si se aleja demasiado, no es una derrota. Tal vez no sea lo que tu corazón desea. Quizás haya algo mejor esperando en algún recodo en el que casualmente te pares a descansar. Lo único seguro es que, para ganar solo hay que levantarse un día y partir, llenar una mochila de sueños, cargar tus bolsillos de esperanza, paciencia e ilusión. Y las tiritas que sean necesarias, pues tú no te rendirás. Y si te caes, taparás la herida y seguirás caminando. Pues solo hay una forma de vencer, y no te lo van a regalar. Así que, ¿por qué no regalártelo tú? 
De momento llevas ventaja: conoces información privilegiada que ya no te pillará por sopresa, y es que sabes de antemano que los comienzos nunca son fáciles. Ahora solamente tienes que andar...

¿Capaz o Incapaz?


Adrián Peña "Chico Tóxico"






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