miércoles, 1 de enero de 2014

Un paso hacia la eternidad...


Existen momentos en la historia de las personas en que la vida te pide un descanso. Un momento de reflexión, una retirada cautelosa dedicada a la búsqueda de tu paz. Tus recuerdos, tus glorias y tus fracasos te piden dormir, para coger fuerzas y despertar con energías renovadas. Todo lo que compone lo que eres y has sido te marca un "stop" porque el obstáculo que ayer sorteaste te dejó demasiado cansado para seguir construyendo lo que serás mañana.
Es entonces cuando no queda otra que admitir que en la vida no todo pueden ser sonrisas, que hay golpes que te tienen que asestar para que tu cuerpo aprenda a ser más fuerte. Que no puedes querer llevarlo todo a cabo sin sufrir decepciones, y que quienes te acompañan en ese camino de rosas, a veces esconden espinas en la mano para clavarlas en la tuya cuando te la estrechan. 

Son esas lecciones las que un día se vuelven hacia ti y te dicen "siéntate, descansa, mañana será otro día". Es poder de sabios reconocer que llegados a ese punto, no es de cobardes mirar hacia atrás, retroceder unos pasos, y echarte una siesta en el colchón de tu mente, apoyar la cabeza en el cojín de tus recuerdos y cerrar los ojos de la consciencia para empezar de cero.

Y entonces despiertas…

Y ya todo es distinto. Las legañas que enturbiaban tu vista han desaparecido y dejan paso a nuevos rayos de sol que visten de esperanza tu piel mudada y dan calor a tu cuerpo, lleno ahora de vitalidad. Entonces caminas, sientes el viento en tu rostro… y te diriges hacia la eternidad.



Muchas veces, las circunstancias nos pueden hacer arrodillarnos y mirar al suelo con la esperanza a punto de salir corriendo.
Sin embargo, debes pensar que un bravo guerrero late en el interior de los que están dispuestos a conquistar, a tomar las riendas de su vida y no dejar que nadie la pise.



"Me encantó tocar fondo, pues el impulso que tomé
para comenzar a ascender, me elevó hasta el infinito.."
Adrián Peña (ChicoTóxico)



 

Por un maravilloso nuevo año en el que no falten las ganas de luchar por todos y cada uno de los sueños que merecen una oportunidad. Para que no se agoten las fuerzas, para que no mengüen las ilusiones, para que la constancia y el empeño adornen cualquier batalla y cualquier reto sea una bella forma de mostrar al mundo la valía de un corazón que no se cansa de pelear contra el olvido.

Para que nunca nos rindamos...

 para que nunca nos olvidemos de quienes somos, y decidamos más tarde a dónde vamos...

 

Y a ti... te espero en nuestra playa. 

 

 

 

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