sábado, 12 de julio de 2014

Cuando llego ante ti...

Cuando llego ante ti me desnudo. La coraza irrompible que llevo puesta se derrite y solo quedo yo. Todo el acero que llevo por armadura, la mente fría y la serena desconfianza, se recalientan, fundiendo sus plomos en un corazón sin ropa que no teme, que es sincero y despreocupado, que confía a ciegas. Que no conoce el dolor o lo ignora. 
Se marcha el veloz caballero, el fuerte y tenaz hidalgo, dejando en tus brazos a un niño. Un nuevo nacido que se deja cuidar, que abandona sus armas en la puerta, sin pensar en cuándo volverá a recogerlas, para salir al mundo a luchar, cuando tus abrazos cesen.
En el pecho una insignia: la marca del corazón. En la mano la espada, forjada con caricias y a golpes de amor. Y bajo el duro yelmo, el poder de los besos que con destreza instalaste, para hacer de la frágil cría un peligroso depredador. Y solo en la distancia se encuentra al luchador, al valeroso guerrero que se hizo de hierro y cartón piedra. Pues cuando llego a ti me desnudo, y no existe guerra, justa ni afrenta que haga de mi un peligro.
Solo quedamos los dos, cuerpo con cuerpo en armónico. Viviendo el momento a tu lado. Mis ojos y tus ojos bailando un vals que no acaba. Pensando y no. Flotando. Haciendo de la capa un sayo. 

Rompiendo el molde de lo normal.

Corriendo contigo.

Aprendiendo despacio a amar.



Sigueme en Twitter: @Droximilian


jueves, 1 de mayo de 2014

PROMESAS...



Te prometo mis días,
Si me llevas contigo.

Te prometo un encuentro donde no exista el vacío, donde cada movimiento esté libre, impío, donde no haya tormento, donde no quepa el hastío.
Te propongo movernos, nunca en sentido opuesto. Para tomarnos el tiempo que queramos, el que por ley siempre ha sido nuestro. El que tras largas esperas, se nos concede como capricho. 
Te propongo asumirlo, llevárnoslo puesto.

Te prometo mis días si te quedas conmigo. Volverme a tu modo, hacerte ver que aquí sigo.
Te prometo un camino donde el barro no manche, dibuje el recorrido. Dejando constancia en forma de huellas, mostrando al cielo por donde hemos venido. 
Donde el viento nos  acaricie y aplauda lo que juntos hemos vivido.

lunes, 14 de abril de 2014

Quisiera preguntarte



A ti, que tal vez me escuchas. ¿Cómo te irá? Quisiera preguntarte. Son tantas las cosas que no te dije, y que ahora quisiera contarte. Decirte como estoy, lo que hice ayer, lo que soñé esta noche… saber por dónde andas, si eres feliz, si te duele la cabeza o si pasas frío por las noches.

Ha pasado tiempo, somos irónicamente algo más viejos. Qué efímero puede llegar a ser un minuto, y que lento a la vez… Lento, cuando sabes que al final de ese minuto comenzará otro igual de vacío, tan angustioso como el anterior, tan frío como el siguiente…

¿Sabes? A ti, que tal vez me escuchas, quisiera explicarte tanto, quisiera poder decirte lo que nunca digo, lo que ni siquiera escribo, lo que nadie sabe de mí, lo que nadie merece saber. Mis logros, que ahora son pocos, mis ilusiones, algo incompletas sin ti. Y es que soy yo el incompleto, desde que no te tengo junto a mí. 
¿Por qué la vida es así? No entiendo porque dos personas que se aman pueden decir que no. No explicaré nunca porque tenemos tanto miedo, ¿miedo a que? ¿A ser felices? ¿A compartir con alguien lo más maravilloso que podemos regalarle? Y es que aún no me explico, por qué el mundo es así. Porque tal día como hoy te esperaba en aquella estación, y tú no aparecías. Mientras la luna comenzaba a llorar, mientras el frío sonrojaba un rostro ilusionado, un corazón que solo quería amar, arreglar el pasado, construir un futuro, a tu lado.

Tal día como hoy un corazón se quedó helado, en aquella estación. Cuando el cuerpo que lo albergaba decidió que ya era tarde, que había que volver a casa… un alma se resistió y allí sigue, esperando ver salir a otra alma que deseaba ir a su encuentro.  Y es que hacía frío, la noche en que me lo jugué todo a una carta, y perdí la partida…

A ti, que seguro me escuchas. Que tal vez te emocionas. Que seguro que estás bien, que seguro que eres feliz… no es por importunar, pero debes saber que allí seguirán, un alma y un corazón, abandonados, escondidos en un rincón… esperando eternamente a que los vayan a recoger… en aquella solitaria estación…


(en terreno tóxico tambien se puede florecer)

martes, 1 de abril de 2014

La vida da otra oportunidad

Hay veces que la vida nos pone ante una disyuntiva. Una pregunta, una opción, una propuesta más o menos atractiva. En el momento suele parecer algo fácil de responder, algo sin importancia, sin implicaciones futuras ni consecuencias tangibles. Y es por eso por lo que no vemos una enorme diferencia entre dar un "si" o justificar un "no".

Pero el tiempo pasa, y es entonces cuando te das cuenta de cómo habrían sido las cosas de haber pensado esa respuesta, de no haber sido tan rápido, tal vez haber considerado los pros y contras... haber vaticinado lo que ganabas... o lo que estabas dispuesto a dejar escapar.
El ser humano es así: incierto, impredecible, o no tanto; pero sobre todo, incapaz de anticiparse a lo que su vida puede girar, maquinar en torno a unas pautas, establecidas únicamente por esa ausencia de visión futurista.

Un cambio, una oportunidad, un SÍ o un NO... Luchar ahora o dejarlo para más tarde; Salir y gritar o esconderte bajo las sábanas; Decir "Aquí estoy" o agacharse para pasar desapercibido. ¿Quién decide lo que es bueno o malo, lo que es aconsejable, lo que debes o no debes hacer, decir o tomar?. Y normalmente el espejo está demasiado cerca para indicarte en quién recae ese increíble poder que no es otro que el de cambiar tu vida.

En cuanto a mi... sigo girando en esa espiral de imágenes y sonidos que, por más que se agiten, siempre susurran al oído ese mensaje de esperanza que a menudo solo ve el que quiere verlo:

"La vida siempre nos pone delante otra oportunidad de no equivocarnos"


Y esta vez... ¿la vas a aprovechar?

Adrián Peña "Chico Tóxico"


Sígueme en Twitter: @Droximilian


sábado, 15 de marzo de 2014

Hasta que te quedes dormido



Hasta que te quedes dormido te mantendré en mis brazos.
Mientras te alejas de la consciencia, reuniré las partes de tu día y juntaré los pedazos, para crear a tu lado un sueño, para introducirlo en tu mente y hacer nuestro mundo tan pequeño…

Reducido al tamaño de mi cama… tan extenso como el infinito, tan amplio como la inmensidad de nuestro universo. Para ir a donde nos apetezca, para hacer lo que nos dé la gana.

Hasta que te quedes dormido, te cantaré al oído, para acostumbrarlo al sonido de mi voz. Para que no te pierdas por el camino, para que sepas donde encontrarme, y viajar juntos al mundo de Oz. Para llenar nuestra noche de fantasía y magia, para nosotros, para los dos.

Para que volemos de la mano subiendo a lo más alto, sobrepasando las aves y las nubes. Para que demos un gran salto y lleguemos a lo más lejano. Allí donde nadie ha llegado, allí donde ningún valiente nunca  ha soñado. Donde solo tú y yo quepamos.

Descansa tranquilo, cierra los ojos, no pienses en nada, deja tu corazón al mando,
pues…
...hasta que te quedes dormido, estaré a tu lado, y cuando lo hagas, te seguiré abrazando


Adrián Peña "Chico Tóxico"


Sígueme en Twitter: @Droximilian


 

sábado, 1 de marzo de 2014

Buenos días, mi vida...


“Buenos días, mi vida”... 
       ...te diré cada mañana hasta que vuelvas a despertar apoyado en mi almohada.

¿Cómo has dormido, mi cielo?” preguntaré al incorporarme, mirando por la ventana.  Pensarás que estoy loco por hablarle a un fantasma, por sonreírle a alguien que imagino junto a mí, bajo mis sábanas.
Te miraré a los ojos mientras comienzas a abrir los tuyos, y enredaré tu pelo, aunque no toque más que aire, aunque no notes mis dedos mientras con mis caricias te desvelo.

Dirás que he perdido la cabeza, por desayunar contigo, aunque no estés en ese lugar hacia el que miro. 

"¿Quieres un poco más de zumo o ya es suficiente?" te diré aunque no contestes, aunque aquel que me oyera, de mí se riese.

¿Y qué saben ellos? Tal vez esté loco, loco por perseguir una ilusión, por no vencerme ante el desespero, por ser feliz cada mañana sabiéndote cerca. Y es que ¿acaso estás tan lejos? Si no me equivoco, al observar la mañana, he visto que nos cubre el mismo cielo.

Puedes reírte, puedes pensar que no pienso, que tal vez la locura me tiene preso, que un ideal extraño me tiene sorbido el seso, más ¿acaso no estás más cerca en cada momento?

Ríanse los cuerdos de un niño creyendo en cuentos de hadas, que yo, mientras tanto,
“Buenos días, mi vida” te diré hasta que vuelva a verte recostado sobre mi almohada…





Sígueme en Twitter: @Droximilian


viernes, 14 de febrero de 2014

¿Cuánto pesa el verbo amar?


¿Cuánto pesa el verbo amar? ¿Cuánto cuesta una palabra que nos sepa emocionar? ¿Cuánto vale un susurro al oído, que nos erice el vello, y nos haga sonrojar?

¿Cuál es el precio de un te quiero a tiempo? ¿Cuánto darías por su mirada, por las lágrimas en sus ojos al observarla?… Yo lo daría todo por un minuto contigo. ¿Recuerdas, mi vida, cuando quitabas el frío de mis manos aquellos días de tormenta, recuerdas como nos mirábamos emocionados? ¿Cuánto se paga por eso? No, cariño, no está en venta.

Llámenme egoísta, lo soy por atesorar en mi alma cada recuerdo, por proteger con celo cada beso, cada momento. Por revivir aquellas noches en tu cama, haciéndote cosquillas, acariciando tu espalda. ¿Te acuerdas mi cielo de cómo te amaba?, pues mis ojos no te mentían cada vez que te miraban, y aunque todo estuviese patas arriba, ellos eran la garantía. Pues tu sonrisa agradecida y mágica me confirmaba cual era el camino, y así, pequeño, encantado te seguía. Mostrábamos nuestro camino, le aportábamos nuestra energía

¿Cuánto pesa el verbo amar? ¿Cuánto cuesta un trocito de cielo? ¿Cuánto podría ofrecer al tiempo para volverlo atrás? Para recuperar aquellos días en los que me solías besar, aquellos momentos que algún día volverán, pues nada muere para siempre, y yo, tengo fuerza para esperar. Sabes que no te miento, que te digo la verdad, pues aún recuerdas mi mirada emocionada al oírte cantar, aunque me metiese contigo, aunque luego con un beso y un par de achuchones te tuviese que contentar. Sabes que eras mi vida, y la mía por ti pensaba entregar.

Creíste mis promesas, lo sabes, y no temas, el tiempo es nuestro, y aunque la vida muchas veces no nos espera, la sabremos remontar. Y aquellas palabras que algún día te dije, ahí seguirán, esperando su oportunidad para ser cumplidas, para que nosotros pongamos el precio y la cantidad, de un beso, una mirada, de la medida exacta de lo que pesa el verbo amar.




Adrián Peña "Chico Tóxico"



Sígueme en Twitter: @Droximilian

 

sábado, 8 de febrero de 2014

¿Y si esta vez...?

Y si ya es tarde...
Y si se ha olvidado de mí...
Y si hago el ridículo...
Y si me esquiva...
Y si está con otra persona...
Y si pone alguna excusa...
Y si vuelvo a pasarlo mal...
Y si mejor, dejo las cosas como están...

Pero

Y si aún estamos a tiempo...
Y si, en secreto, me recuerda...
Y si está deseando que le hable...
Y si le apetece estar conmigo...
Y si yo soy la única persona...
Y si su excusa soy yo...
Y si esta vez sale bien...
Y si, esta vez me arriesgo a dar el paso...


El miedo nos paraliza, la mayoría de las veces. Cada vez que hay algo por lo que luchar, un sinfín de voces nos asedian con un canto de desesperanza que no nos deja avanzar. ¿Cuántas veces hemos deseado hablar con una persona o enfrentar una situación que tenemos reprimida y nos hace sufrir?
El ser humano es así. Nos hemos acostumbrado a vivir en el temor al ¿qué pasará?. No nos damos la oportunidad de averiguarlo. Damos por sentado que es mejor callar, guardar los sentimientos, no enfrentarse a alguien a quién tememos perder. Y así... lo perdemos todo.
En esta ocasión hablo del miedo a perder un amor. Todos hemos tenido alguna vez la necesidad de gritar muy alto un "Te quiero" a esa persona que, en secreto, nos hace soñar y reír en la intimidad de nuestra imaginación. Y, sin embargo es tanto el miedo al rechazo, que preferimos callar, fingir que es solo un amigo, que mis labios no se mueren por los suyos, que mi vida es perfecta aún sin ti... Y así, nos quedamos instalados en la comodidad de lo conocido. Es tan grande el temor, que llegamos a coger cariño al sufrimiento. Elegimos morir por dentro cada vez que le vemos sonreír, en lugar de plantarnos delante y comenzar con un "¿podemos hablar?"
Y es difícil, no lo niego. Pero, ¿nos paramos a pensar que, solo tal vez, mientras amamos en silencio, esa otra persona también lo hace? ¿Nos planteamos que, quizás, si hoy tengo valor para hablarte, mañana podríamos pasear de la mano? No lo hacemos, porque nos ponemos en lo peor, pensamos que directamente, todo irá mal. Y así, dejamos escapar lo que tal vez estaba reservado para nosotros.
Es solo una reflexión. Es humilde mostrar los sentimientos. Es honesto dedicar una sonrisa a aquel que te las provoca. Es justo expresar que eres tú en quien pienso antes de dormir, y de quién me acuerdo al despertarme, tras haber soñado contigo
Y es tan fácil como hacer caso a eso que tantas veces hemos oído. Si el "NO" ya lo conoces, lo único que puedes ganar es un "SI". Párate a pensarlo. Tal vez esta noche sería la más feliz, quizás mañana te despertara su "Buenos días, mi vida" si tan solo hoy decidieses arriesgarte. Podrías conseguir un SÍ de donde antes no había nada.
Pero, ¿qué pasa si nos encontramos con la negativa? Nada. Solamente seguiría igual todo. No habrías perdido nada. Estarías donde antes, nunca peor. Es importante ver que, si después de dar el paso, nos encontramos con ese temido "NO", nos quedará la satisfacción de haberlo intentando. Habríamos sido valientes, y eso ya es estar mejor que al principio.
El error consiste en dar por sentado que no lo lograrás, y rendirte antes de haber comenzado. ¿Cómo sabrías si esa persona se muere por dar el mismo paso y no encuentra el valor para hacerlo? Hazlo tú.
Y si no resulta... seguirás respirando, seguirás viviendo... lo olvidarás y seguirás siendo feliz. Pero lo habrás intentado. Y eso ya es mucho más de lo que algunos pueden decir.
Por eso, nunca tires la toalla antes del intento. Pocos quedan ya que hagan caso al corazón y dejen de guiarse siempre por la engañosa razón. Nunca harás el ridículo si lo que muestras son tus sentimientos.
Solo puedes ganar... Piénsalo.
Y es importante no desanimarse con ejemplos pasados. "La última vez salió mal", "Ya lo intenté en otra ocasión y me rechazaron"... ¿Y qué? ¿Significa eso que esta vez ocurrirá igual? Cada momento de nuestra vida está ahí por algo. Y los recuerdos del pasado existen para que podamos aprender de ellos, no para reprimir lo que HOY podría ser el más glorioso de los aciertos... tu verdadero paso hacia la eternidad...

¿Y si todo sale mal? oirás en tu cabeza...



Pero, ¿Y SI ESTA VEZ... LO INTENTO?


Las victorias y las derrotas son para los que luchan. Los que no hacen nada, pierden antes de jugar. Y nunca se gana una partida si no movemos ficha...





Y recuerda, a veces la victoria es haber tenido el valor para intentarlo... más que algunos tienen

Adrián Peña "Chico Tóxico"


Sígueme en Twitter: @Droximilian