lunes, 14 de abril de 2014

Quisiera preguntarte



A ti, que tal vez me escuchas. ¿Cómo te irá? Quisiera preguntarte. Son tantas las cosas que no te dije, y que ahora quisiera contarte. Decirte como estoy, lo que hice ayer, lo que soñé esta noche… saber por dónde andas, si eres feliz, si te duele la cabeza o si pasas frío por las noches.

Ha pasado tiempo, somos irónicamente algo más viejos. Qué efímero puede llegar a ser un minuto, y que lento a la vez… Lento, cuando sabes que al final de ese minuto comenzará otro igual de vacío, tan angustioso como el anterior, tan frío como el siguiente…

¿Sabes? A ti, que tal vez me escuchas, quisiera explicarte tanto, quisiera poder decirte lo que nunca digo, lo que ni siquiera escribo, lo que nadie sabe de mí, lo que nadie merece saber. Mis logros, que ahora son pocos, mis ilusiones, algo incompletas sin ti. Y es que soy yo el incompleto, desde que no te tengo junto a mí. 
¿Por qué la vida es así? No entiendo porque dos personas que se aman pueden decir que no. No explicaré nunca porque tenemos tanto miedo, ¿miedo a que? ¿A ser felices? ¿A compartir con alguien lo más maravilloso que podemos regalarle? Y es que aún no me explico, por qué el mundo es así. Porque tal día como hoy te esperaba en aquella estación, y tú no aparecías. Mientras la luna comenzaba a llorar, mientras el frío sonrojaba un rostro ilusionado, un corazón que solo quería amar, arreglar el pasado, construir un futuro, a tu lado.

Tal día como hoy un corazón se quedó helado, en aquella estación. Cuando el cuerpo que lo albergaba decidió que ya era tarde, que había que volver a casa… un alma se resistió y allí sigue, esperando ver salir a otra alma que deseaba ir a su encuentro.  Y es que hacía frío, la noche en que me lo jugué todo a una carta, y perdí la partida…

A ti, que seguro me escuchas. Que tal vez te emocionas. Que seguro que estás bien, que seguro que eres feliz… no es por importunar, pero debes saber que allí seguirán, un alma y un corazón, abandonados, escondidos en un rincón… esperando eternamente a que los vayan a recoger… en aquella solitaria estación…


(en terreno tóxico tambien se puede florecer)

martes, 1 de abril de 2014

La vida da otra oportunidad

Hay veces que la vida nos pone ante una disyuntiva. Una pregunta, una opción, una propuesta más o menos atractiva. En el momento suele parecer algo fácil de responder, algo sin importancia, sin implicaciones futuras ni consecuencias tangibles. Y es por eso por lo que no vemos una enorme diferencia entre dar un "si" o justificar un "no".

Pero el tiempo pasa, y es entonces cuando te das cuenta de cómo habrían sido las cosas de haber pensado esa respuesta, de no haber sido tan rápido, tal vez haber considerado los pros y contras... haber vaticinado lo que ganabas... o lo que estabas dispuesto a dejar escapar.
El ser humano es así: incierto, impredecible, o no tanto; pero sobre todo, incapaz de anticiparse a lo que su vida puede girar, maquinar en torno a unas pautas, establecidas únicamente por esa ausencia de visión futurista.

Un cambio, una oportunidad, un SÍ o un NO... Luchar ahora o dejarlo para más tarde; Salir y gritar o esconderte bajo las sábanas; Decir "Aquí estoy" o agacharse para pasar desapercibido. ¿Quién decide lo que es bueno o malo, lo que es aconsejable, lo que debes o no debes hacer, decir o tomar?. Y normalmente el espejo está demasiado cerca para indicarte en quién recae ese increíble poder que no es otro que el de cambiar tu vida.

En cuanto a mi... sigo girando en esa espiral de imágenes y sonidos que, por más que se agiten, siempre susurran al oído ese mensaje de esperanza que a menudo solo ve el que quiere verlo:

"La vida siempre nos pone delante otra oportunidad de no equivocarnos"


Y esta vez... ¿la vas a aprovechar?

Adrián Peña "Chico Tóxico"


Sígueme en Twitter: @Droximilian